jueves, 3 de abril de 2014

I never had the nerve to make the final cut.

Cuando se supone que todo lo que tienes debería hacerte feliz y no lo hace...
Entonces te vas al carajo.

Estoy estudiando algo que "quiero", tengo una pareja que me hace infinitamente bien, mi peso -cincuenta y cuatro- es considerado normal en mi pequeño cuerpo y no luce tan espantoso, los problemas en casa han disminuido bastante, entonces ¿qué rayos sucede?

No me motiva ir a la universidad. He faltado muchas veces, y ahora me da miedo echarme un ramo sólo por inasistencia, sería incapaz de resistir estas asignaturas otra vez. Me agobian los horarios, mis compañeros, los viajes. Estoy saturada. Lo único que quiero es que estos años pasen lo más luego posible. 

Los cincuenta y cuatro kilos me pasan la cuenta. Ya no los quiero, ¡llévenselos! Siento que me he vuelto más pesada y mi antiguo estado de "liviandad" grita por regresar.  Estos días mi ansiedad ha aumentado un mil por ciento, cada día como más y no entiendo por qué no puedo parar. Me propongo atenerme a una dieta sana, pero no lo logro y me frustro y lloro y ¡joder! maldita existencia

Si bien mis padres continúan discutiendo, ya no tengo que presenciar sus espectáculos, pues están más sosegados y han aprendido a resolver sus problemas sin involucrar ni a mis hermanos ni a mí. 

Me cuesta escribir, estudiar, vivir, escribir, escribir, escribir.
todoesinútil-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario